Los desarrolladores y gestores de apps están enfrentando un reto muy duro. Y es que hoy, los usuarios destinan la mitad de su tiempo usando apps en sus teléfonos móviles, pero la tendencia a descargar nuevas apps es más baja que nunca.
De hecho, en EEUU -cogiéndolo cómo uno de los mercados ejemplares en materia digital- la mitad de los ciudadanos con acceso a un smartphone no descargan ni “una” app al mes (es decir, el volumen mensual de descarga se finca en menos de “1” app al mes).
En #USA, la mitad de los usuarios no descargan no descargan ni 1 #app al mes de las #AppStores
Lo anterior deja a toda la la industria app, con developers y marketers, en una posición complicada.
El modelo de “entrega” de desarrolladores a usuarios, comprendido tradicionalmente en un esquema B2C, sufre una transformación inevitable, la cual se ve empujada por la presencia del Internet of Things (IoT) en nuestra vida.
Reinterpretando el marketing de apps móviles
Hoy en día, desde una perspectiva pragmática, las tabletas y los smartphones son los anaqueles que los consumidores usan para interactuar con una app, pero los distribuidores son todos aquellos envueltos en la operación de la app móvil.
Sin embargo, el trabajo de los distribuidores hoy no para con crear y promocionar “productos” para smartphones y tabletas, ya que hoy tenemos en nuestra vida a las smart TVs, a los sistemas de casas inteligentes, a los de coches inteligentes o los de electrodomésticos inteligentes… en otras palabras, las formas de interacción entre un usuario y una app se siguen expandiendo, por lo que el modelo de promoción y marketing de las apps forzosamente se tiene que re-interpretar.
Esto se acelera si echamos un vistazo a todos los obstáculos que hoy se presentan para poder posicionar una app en la mente del consumidor; basta el simple hecho de que las app stores tienen inventarios de millones y millones de aplicaciones de dónde elegir, por lo que cualquier equipo desarrollador y/o de app marketers tiene un reto enorme apenas al entrar a competir.
Dicho lo anterior, la clave está en darle al app marketing un giro hacia la experiencia B2B, y contar entre las filas del equipo a marketers experimentados en este ramo; la razón es sencilla – hoy se trata no sólo de que los distribuidores (desarrolladores) generen una solución, la clave está en brindar valor alrededor de una marca y un concepto, que en sí es la propia app y todo el ecosistema de funciones que le rodea.
El desarrollo y marketing de apps debe evolucionar de un modelo B2C a un modelo B2B
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